miércoles, 2 de febrero de 2011

Pensamiento indio aplicado.


“Jugaad” es la palabra que se utiliza en la India para referirse a la “improvisación creativa con recursos limitados”. Es decir, aprovechar lo que el entorno y las circunstancias nos ofrecen para lograr resultados positivos.

Como palabra de moda en el ámbito de la gestión empresarial, “jugaad” es también una filosofía de vida que invita a percibir las limitaciones como oportunidades. No supone la existencia de un objetivo a perseguir, simplemente implica sacar el máximo rendimiento de aquello que la vida nos ofrece. Un “a falta de pan, buenas son tortas”. Un “conformismo inconformista”. Nada ambiciosa.

La ambición humana es, como tantas otras cosas, buena en su justa medida. Es aconsejable, aunque no necesaria, para el crecimiento profesional y personal. Este deseo por alcanzar lo deseado te hace arriesgar y cometer errores, lo que conlleva un cierto proceso de aprendizaje. Esta es la ambición honesta y con mesura. El tipo de ambición que nada tiene que ver con la codicia.
En el otro lado, la ambición como deseo de poder o riquezas más allá de las consecuencias hacia terceros es la que enferma a las sociedades y favorece las desigualdades. Esta es, además, la más común de las ambiciones.

Asomándonos a la actualidad, la revolución popular en Egipto es el ejemplo más evidente de la lucha entre “jugaad” y ambición.

Hosni Mubarak detenta la presidencia del país desde hace 30 años y pretendía dar continuidad al régimen tras su muerte con su sucesión asegurada en su hijo Gamal. El miedo de la población egipcia a las represalias y su alianza con Estados Unidos e Israel eran sus escudos hasta ahora, y la excusa de evitar el islamismo radical su tapadera para la violación constante de los derechos y las libertades ante la “vista gorda” del gobierno estadounidense.

Pero desde hace más de una semana, la “jugaad” india ha encontrado su aplicación práctica en la lucha contra el autoritarismo y la ambición desmedida. Mujeres, adolescentes, trabajadores, estudiantes, niños... el ejemplo de Túnez ha calado en la población egipcia sin discriminaciones. Una población que ha sabido aprovechar los pocos recursos viables contra un régimen dictatorial y que ha entendido sus limitaciones como oportunidades, sacando el máximo rendimiento a través de la unión social.
Han sabido interpretar la unidad como el mejor recurso contra la opresión. Han aprovechado el clima creado por los tunecinos para lograr resultados positivos. Y han aprovechado Internet desde su faceta más revolucionaria y portentosa, actuando como catalizador del movimiento.

Este es sólo un ejemplo de cómo la “jugaad”, el aprovechamiento de recursos y circunstancias puede vencer al miedo y cambiar las cosas. En mayor o menor escala, la “jugaad” ha unido voces y las ha hecho fuertes. No sabemos con qué resultado ni con qué efectos. No sabemos si para bien o para mal. No sabemos en cuánto tiempo. Pero sí sabemos que la ambición tiene desde ahora un enemigo poderoso.