martes, 18 de enero de 2011

Ocho dientes que dan para una humanidad.



“La humanidad nace en Israel”, “Un hallazgo sitúa la cuna de la humanidad en Israel”; éstos y otros parecidos han sido los titulares de los que se han servido diversos medios  para dar eco a un estudio publicado recientemente en el American Journal of Physical Anthropology.

Dicho estudio se basa en el descubrimiento, y posterior investigación, de 8 piezas dentales -que expertos españoles datan entre los 300.000 y 400.000 años de antigüedad- cuyo emplazamiento no es otro que la Cueva de Qesem, a apenas un kilómetro del muro que separa Palestina e Israel.

El propio autor del estudio, Israel Hershkovitz, aventuraba ya poco antes de la publicación del mismo que “ el 90% de la gente querrá sacarnos las tripas”. Y es que los resultados que defiende son, cuanto menos, controvertidos.

Así de primeras, sin anestesia, sitúan el nacimiento de la humanidad en Oriente Medio hace alrededor de unos 300.000 años.  Todo ello, frente a la teoría generalmente aceptada, por expertos y profanos, que establece el origen del ser humano en Tanzania y Etiopía, a grosso modo éste de África, cerca de 180.000 años atrás.

Que la investigación es rigurosa, es algo que tampoco se puede dudar; en 2008 Hershkovitz pone a disposición de Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca, los ocho dientes encontrados en 2002 por arqueólogos de la universidad de Tel Aviv. Fueron sometidos a examen y comparación con más de 50 restos de neardentales, sapiens y otros homínidos, incluidos los que habitaron la sierra de Atapuerca; y pasaron por la universidad de Burgos para que les fuera realizado un escáner.

Pero a poco que se profundice en los resultados mostrados en la publicación, es fácil ver que generan más dudas que certezas:
-       ¿Son suficientes las piezas dentales encontradas para sustentar toda esta teoría?
El estudio arroja que los dientes hallados presentan características prácticamente idénticas a las de nuestra especie, si bien, no son pocos los expertos que los consideran un material muy poco concluyente: “Está bien que se proponga que los sapiens se originaron fuera de África, pero es un poco atrevido hacerlo sólo con ocho dientes", advierte el investigador Eudald Carbonell, quien lleva décadas trabajando como codirector con Arsuaga en Atapuerca.
-       Aun perteneciendo efectivamente los restos a un hipotético “homo sapiens”, quedaría por probar que realmente exista vinculación con nuestra especie.
La corriente que enmarca el nacimiento del hombre en África cuenta con el apoyo de la Teoría de la “Eva Mitocondrial”, gracias a la cual se establece una vinculación genética entre los homínidos allí encontrados y el ser humano actual. De forma resumida, esta teoría se basa en el estudio del ADN de las mitocondrias, por permanecer éste intacto por numerosas generaciones, lo que permite afirmar la existencia de una línea de descendencia.
Mientras que este reciente estudio no acaba por probar si quiera, bien si nos encontramos ante una variante de neardental similar al sapiens, a un sapiens mucho más antiguo, o incluso a una nueva especie no conocida.
-       Se conocen 3 migraciones del “homo sapiens” desde África, ¿cómo concuerda esto con un origen en Israel?
Los investigadores propugnan por una primera movilización del hombre desde Israel a Etiopía hace 150.000 años, desde dónde se producirían el resto de migraciones. Ello choca con las teorías, hoy por hoy aceptadas, que defienden los desplazamientos migratorios como de “único sentido”.

Dejando a un lado el aceptamiento, escepticismo  o desacuerdo que genere este estudio; creo que lo verdaderamente interesante es la constatación de un interrogante claro: “¿Cuánto nos queda por saber?”. Y es que, al paso que van áreas como la paleontología, es de esperar que los próximos años nos deparen muchas sorpresas acerca de nuestro origen y posterior evolución.

1 comentario:

  1. Hay tantas cosas esperando a ser descubiertas...
    Con este artículo aprendemos algo más!

    Down with Israel Hershkovitz! =P

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